Mensaje del Vicepresidente del Consejo y Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional
Estimadas y estimados italianos en el extranjero,
es con profunda emoción que conmemoramos hoy la tragedia de Marcinelle en su 67º aniversario.
En memoria de las 262 víctimas de 11 nacionalidades diferentes, de las cuales 136 eran compatriotas nuestros, que perdieron la vida en el accidente minero.
Desde 2001, el 8 de agosto, en la fecha del aniversario de Marcinelle, también celebramos el «Día Nacional del Sacrificio del Trabajo Italiano en el Mundo«.
Por este motivo, he querido estar personalmente aquí en Marcinelle, en nombre del Gobierno, para rendir homenaje a los millones de italianos que viven fuera de las fronteras nacionales y, en particular, a los compatriotas que perdieron la vida trabajando, mientras contribuían al crecimiento económico, social y cultural de Italia y los países que los acogieron.
Esta triste ocasión me toca profundamente: pasé parte de mi infancia en el extranjero y varios años de mi carrera política en las Instituciones Europeas. En años anteriores, en varias ocasiones, también como Presidente del Parlamento Europeo, visité Marcinelle.
El Bois du Cazier es el lugar emblemático del sufrimiento y el esfuerzo de nuestros compatriotas. El sacrificio de esos mineros contribuyó a fortalecer la conciencia de la importancia de garantizar condiciones de trabajo adecuadas y seguras.
Una fecha en la cual el Gobierno italiano quiere destacar de manera solemne este año. Hemos querido hacer especial la conmemoración de hoy con el homenaje de dos Tornado de la Fuerza Aérea Italiana, que sobrevolarán los cielos de Marcinelle, en su centenario.
Una forma de estar más cerca de nuestras comunidades, un testimonio de la fuerte amistad de nuestras Fuerzas Armadas que llenan de orgullo a todos los italianos todos los días, trabajando por nuestra seguridad, en Italia y en los teatros internacionales.
Bélgica es un país donde ha habido una fuerte emigración italiana, desde los años 20 del siglo pasado y especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, y que aún hoy acoge a muchos italianos presentes en el mundo académico, en el sector de los servicios, así como en el de las empresas e investigación científica.
La tragedia de Marcinelle desempeñó un papel crucial en sentar las bases de la Europa de hoy y de la ciudadanía europea, inspirada en los valores compartidos de respeto por la dignidad humana, igualdad, democracia y libre circulación de trabajadores.
Valores que hoy, más que nunca, son indispensables para enfrentar juntos los desafíos globales y garantizar la paz, la estabilidad, la seguridad, el crecimiento económico y las perspectivas para los jóvenes.
La conmemoración de Marcinelle es ante todo para todos nosotros un deber de memoria. Un deber que honramos con convicción cada año, también para rendir homenaje a la contribución de todos los italianos que han emigrado al extranjero por motivos de estudio o trabajo, y a los italo-descendientes, a quienes queremos acercar a Italia con la iniciativa del «Turismo de las Raíces«, una parte fundamental de nuestro PNRR.
A todos los compatriotas en el extranjero, en este día importante, renuevo mi más sincero agradecimiento por la pasión y el compromiso con los que, día a día, siguen haciendo de Italia un protagonista cada vez más destacado en el mundo.
